Escapada a Praga

 Praga es una maravilla y con dos noches hay de sobras para una buena escapada.

Qué ver  en cuatro pasos:
El puente Carlos (Karluv most)  es el más antiguo de la ciudad y desde donde se toman las mejores panorámicas sobre Praga sobretodo al atardecer cuando hay menos gente. Une el casco histórico con el castillo (Hradcany) y Malá Strana.


Impresionantes las tres torres cuadradas y las 30 estatuas que te acompañan al entrar y salir del puente. 

En recinto del Castillo de Praga, podemos visitar la Catedral de San Vito, la mayor iglesia gótica del país, el palacio real, el Monasterio de San Jorge, edificado en el año 937, y finalmente podemos volver al puente de Carlos nuevamente, bajando por el Golden Lane o callejón del Oro, una callejuela donde las casitas que la jalonan se han convertido en pequeños muesos  de los oficios y pequeñas tiendas de artesanos.
 
Las vistas desde el castillo son espectaculares...

Volvemos a cruzar el puente y en la plaza del Klementinum, podemos iniciar la visita del barrio antiguo (Stáré Mesto). A dos manzanas encontramos la sala de conciertos Rudolfinium , al lado del Museo de las Artes Decorativas (visitable si vas con tiempo, no ha sido mi caso).

Del barrio judío no hay que perderse el cementerio y la Sinagoga vieja-nueva (Staronová sinagoga).

cementerio judio

De ahí a la plaza del Ayuntamiento son dos pasos, la zona más transitada.

Una plaza histórica con mucha actividad, el domingo que llegué se celebraba la Marathon de Praga.  El  reloj astronómico, símbolo de la ciudad. Al lado la plaza Malé Namesté, pese a las innumerables terrazas se ven las fachadas góticas y sus esgrafiados.

 

En la plaza del Ayuntamiento puedes encontrar un becario que te acompaña durante tres horas por los rincones mas interesantes con todo tipo de explicaciones a cambio de una propina.

En Praga y en el centro turístico hay infinidad de hoteles, pero una opción divertida es dormir en un barco-hotel anclado en el rio cerca del Puente de Carlos y de la Kampa

Gastronomia:

Aunque abunda la cerveza y es buena y barata, les va el tema duro, verás locales dedicados

a la absenta, tambien otros licores como el Becherovka, de hierbas típico de Bohemia,

que muchas veces lo sirven acompañado de tónica. También es muy típico el Slivovice un licor a base de ciruela.

Entre las cervezas mas industriales, domina el tema la Urquell, pero cada vez se encuentran más artesanas e incluso locales que elaboran su propia cerveza como la fábrica U Fleku (c/Kremenkova 11 tel +420 224 934 019–20 ).

Aunque la cervecería es artesana, únicamente se consume en su local la cerveza que producen, el local es de una dimensión desconocida, muy grande, con patios exteriores y muchas plazas.

La fundó una familia, la nacionalizaron posteriormente, subsistió y nuevamente en 1991 pasó definitivamente a la  familia fundadora Brtnik.

Me enseñan la cervecería, donde realizan una cocción semanal de seis mil litros, la cerveza es una porter oscura y deliciosa

En U Medvídků (Na Perštýně 7) también elaboran su propia cerveza, puedes comer y cuentan incluso con hotel
 Otro local donde puedes tomar una cerveza o comer rodeado de tanques y fermentadores es V Cípu (Michalska 25), en pleno centro histórico.

 

En todos ellos y en la mayoría de las numerosísimas terrazas y restaurantes del casco antiguo encontrarás los platos tradicionales checos, muy consistentes  y basados en estofados tipo gulash, casi siempre acompañados con knedlík.

Los knedlík o dumpling, son de lo más popular, es una masa de harina, huevo y levadura con la que se forman unas bolas que se hierven en agua y finalmente se cortan en rodajas finas con un hilo o cuchillo muy afilado.

Son muy habituales elaborados con patata o rellenos con espinacas y otras verduras, y constituyen un plato único o acompañan todo tipo de estofados y gulash.

También hay knedlík dulces, rellenos de chocolate o frutas.

Otros guisos muy populares son los de pato, de conejo, el codillo, etc acompañados de choucrutte y tortillas de masa de patata, bramborak. También son muy tipicas las sopas cremosas a base de patata u otras verduras presentadas en el interior de un pan redondo. 

Por suerte también hay ensaladas, con frutos secos, pepino, quesos etc.

A parte de la infinidad de terrazas, como a mi me gustan los sitios más escondidos e íntimos, en La Finestra (Manesova 78) más tranquilo, con gastro-bar para tomar algo rápido.
Las tres fotos siguientes corresponden a U Machtu (Rytirska 411/4), La Bottega di Finestra (Manesova 78) y U parlamentu (Valentinská 52/8).


En cuanto a comida callejera el rey es el trdelnik  una especie de bizcochito muy popular de la zona. Es una masa de harina que se enrolla en un pincho de madera (trdlo) y se asa encima de brasas mientras va dando vueltas sobre si mismo, finalmente se desprende del palo y queda con una forma  hueca y cilíndrica que se reboza con canela y azúcar.

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maratón de Praga