Partimos de Catania hacia Módica (1h 30 min por la autovía), una de las tres ciudades barrocas del sudeste de Sicilia.
Módica es una ciudad preciosa, pero agotadora. El centro histórico, Modica Alta, se desparrama por laderas montañosas en las que se encuentra la catedral barroca y otras iglesias y monumentos desperdigados por la ciudad, entre ellos la Chiesa di San Giovanni Evangelista.
En Modica Bassa, todo se reúne a lo largo de la calle principal Corso Umberto I, ideal para pasear a última hora de la tarde y tomarse en vinito en cualquier terraza.
El chocolate de Módica es conocidísimo y se encuentra por toda la isla, su textura arenosa y sabor amargo lo hace muy especial.
Vale la pena detenerse en La Dolceria Bonajuto (Corso Umberto I 159, Módica), pues tiene una fama justificada, un surtido extensísimo: chocolate con sal, con chile, con canela, con vainilla, puedes irlos probando y seguro que te llevas más de uno, el obrador está justo detrás de la tienda.
En la misma avenida encontramos la Catedral de San Pietro.
Scicli, al sur de Módica, es una ciudad pequeña con un casco histórico minusculo, pero encantador, justamente en el centro dormimos en un enanísimo B&B rodeado de iglesias barrocas y palacios, sencillo pero con una situación inmejorable.
Inolvidable el desayuno en una terraza frente a un palacio que en la actualidad es sede del ayuntamiento.
Scicli cuenta con una costa que en octubre, está prácticamente vacia e inactiva, perfecto! solo habitadada por los lugareños charlando en las plazas.
Bajo un sol espectacular recorremos Samperi, Marina de Ragusa, Donnalucata, pueblos de pescadores que a partir de los 60 se convierten en centros turistico (sobretodo Marina de Ragusa). Donnalucata, y finalmente Punta Seca, se viven las huellas del Comisario Montalbano por todas partes, me sabe mal no haber visto la serie, pues es como un semidiós.
En Punta Seca está la vivienda que ocupaba Montalbano en la serie, frente al mar, hoy un B&B, permanentemente con gente haciéndose fotos.
Pueblos sencillos, volcados al mar, salpicados por algunos centros de veraneo. Playas de arena clara, ideales para pasear.
Finalmente llegamos a Ragusa, dejamos atrás la ciudad nueva (no por falta de atractivos sino de tiempo) y nos dirigimos a la ciudad antigua, Ragusa Ibla, que maravilla!, no es muy grande y fácilmente abarcable a pie.
Aparcamos en la entrada e iniciamos el recorrido en la Plaza de la Reppublica, donde destaca la Iglesia delle Anime Sante del Purgatorio situada en lo alto de una empinada escalinata.
La via 25 aprile nos lleva directamente a la Piazza Duomo, donde se encuentran una serie de palacios barrocos y entre ellos destaca el Duomo di S Giorgio que domina toda la plaza, iniciada en 1738 sobre las ruinas de una antigua iglesia derruida por un terremoto. Un paseo por callejuelas super agradable.
Una plaza muy concurrida, con bares donde hacer un vino para descansar de la caminata. Cerca entramos en una pequeña trattoria donde, como no! nos recuerdan que salia en la serie de Montalbano.
A mediodía llegamos a Noto, espectacular!. Tiene un tamaño muy asequible para poder visitarlo en unas horas sin quedar agotado. Nada que ver con Modica, es prácticamente un rectángulo totalmente plano.
Noto es claramente la joya de la corona de ésta zona barroca de Sicilia, reconstruida sobre las ruinas del terremoto de 1693.
A lo largo de su calle principal Corso Vittorio Emanuele III se encuentran las iglesias de Chiesa de Santa Chiara, en su campanario está el mirador más alto (no mucho) desde donde se domina la ciudad y al que rápidamente nos encaramamos, también encontramos las iglesias y conventos de San Francesco, San Carlos Borromeo y San Domenico.
Hacienda COS es una de las bodegas más reconocidas de Sicilia
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